3 de febrero de 2014

Hacer algo ante lo inaceptable



Igual soy un trasnochado, o un antiguo. O no sé, quizá un retrógrado, un reprimido, un triste, un puritano. Quizá estoy atrasado, anclado en los tiempos del nodo.

El caso es que todavía algo se rebela en mi interior cuando, paseando por Valencia, veo marquesinas de Kioskos con mujeres casi desnudas en poses propias de un burdel. Me parece vergonzoso e indecente. Y no sólo por los niños que pueden ver esas imágenes. También por el buen gusto general, la dignidad de la mujer y de su cuerpo, el pudor.

A lo mejor soy al único al que estas imágenes le parecen lamentables. A lo mejor soy un inadaptado a la ola de destape festivo y general. Pues bueno. Aunque lo fuera, me alegro de no acostumbrarme a estas cosas. Más vale solo que mal acompañado. Ya lo decía el personaje de Ionesco a quien tanto he citado, que se negaba a convertirse en rinoceronte: "Aunque me quede solo. Yo no capitulo".

PD. Me he propuesto ir a hablar con los dueños de los kioskos, para quejarme. En otros tiempos hubiera hecho pintadas en las marquesinas... Me da algo de apuro, pero hay que lanzarse. Ya os contaré.

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